Recientemente tuvo lugar en el Centro Sociocultural de personas mayores de San Fernando de Maspalomas la primera sesión del programa sobre Relaciones saludables y envejecimiento activo, organizado por el Teléfono de la Esperanza y promovido por la Fundación Amurga con la participación del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
El objetivo es fomentar entre los mayores hábitos de vida saludables, a través de un programa de formación, donde reciban consejos y pautas adecuadas, y tomen conciencia de la importancia de mantenerse proactivos y equilibrados.
La actividad se engloba a su vez dentro del proyecto Escuchando a las personas mayores, impulsado por el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, que persigue los mismos fines.
15 % de la población
En Canarias aproximandamente el 15 % de la población son mayores y más de 60.000 viven en situación de soledad. Este sector poblacional está considerado más frágil en situaciones complicadas como la actual, pues pueden ser proclives a problemas tales como depresiones, necesidades de atención, acompañmiento, asistencia, etc…
Además, recientes informes, como el de AXA sobre Salud Mental, destaca que un 43 % de la población está emocionalmente mal o muy mal y un 58 % se denomina como “estresada”.
Escenario de incertidumbre y ansiedad
La situación actual es sin duda las más convulsa desde la II Guerra Mundial. La crisis sanitaria, provocada por la Covid 19, dejo en nuestra sociedad una situación de ansiedad y estrés. Justo en el momento en que se estaba superando, aparecen nuevos retos, como la crisis rusa o la inseguridad económica, que crean un escenario de inseguridad, que provocan que gran parte de la población se encuentre en situación de fragilidad.
Ante tal escenario, el Teléfono de la Esperanza desarrolla una importante labor para ayudar en la estabilidad mental y emocional de la población, especialmente en colectivos vulnerables como son los mayores. Permanecer activos y sanos es sin duda la mejor prevención que se puede realizar para evitar caer en situaciones como el desánimo o la depresión, y al mismo tiempo hace que las personas no acaben requiriendo ayuda médica, que empeoraría además la situación de un sistema sanitario ya sobrecargado. Próximamente el Teléfono de la Esperanza y la Fundación Amurga seguirán ejerciendo otras acciones en esta línea.